¿SABES QUÉ ES UN PODÓLOGO? Y SI TUS PIES NECESITAN.
Toda parte del organismo humano cumple una función irremplazable, pero no todas cuentan con un profesional especializado en su tratamiento. Nuestros pies tienen ese inmenso privilegio, y el profesional dedicado a su cuidado es el podólogo.
¿Qué es la podología?
La Podología es una rama de la ciencia médica que tiene por objeto el estudio de las enfermedades y alteraciones que afectan al pie. Antiguamente a las personas que se dedicaban a la Podología se les conocía como «callistas». Este término hoy en día ha quedado obsoleto hoy en día debido a que las competencias adquiridas por el podólogo son bastantes más amplias que al tratamiento básico de durezas o «callos».
Desde 1988 la podología es una rama de la ciencia médica que se estudia en una diplomatura de 3 años (próximamente pasará a ser Grado de 4 años como adaptación al espacio europeo según el Tratado de Bolonia).
El podólogo es un profesional cualificado que ha sido preparado para la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las condiciones anormales de los pies y de los miembros inferiores. Actúa también en la prevención y corrección de las deformidades de los pies.
Los motivos de consulta más frecuentes
• Las infecciones por hongos de las uñas de los dedos de los pies (onocomicosis). Su tratamiento y curación permanente es generalmente bastante difícil por ser una infección rebelde, y por lo general requieren de antifúngicos orales.
• Las onicocriptosis o encarnación de las uñas, que son muy dolorosas y pueden llegar a provocar diversas infecciones.
• La bromhidrosis, afección de la piel provocada por la descomposición de la sudoración, provocando un característico olor fétido.
• El pie de atleta, cuyo nombre científico es tinea pedis o tiña de los pies. Una infección por hongos muy frecuente, en muchos casos bastante rebelde. Comienza generalmente en los espacios interdigitales, pero puede invadir un área más extensa. La piel afectada presenta un aspecto macerado y puede cursar con ampollas (vesículas).
• Los callos (helomas) son durezas (hiperqueratosis) en una zona superficial circunscrita, producidas por un traumatismo repetido, generalmente a causa de una prominencia ósea o un defecto del calzado.
¿A quién puede tratar un Podólogo?
• Es aconsejable a todas las edades realizar un revisión anual de los pies aunque no haya ninguna molestia, simplemente para confirmar que todo está bien, aclarar dudas que se tengan sobre el cuidado de los pies, cuál es el calzado más adecuado o cualquier otra cuestión que se pueda presentar.
• Siempre que duela un pie hay que acudir al podólogo : dependiendo de la edad puede tratarse de un problema diferente.
• Los podólogos no tratan sólo a las personas mayores.
• Un podólogo puede ayudar a personas de cualquier edad: en cada etapa de la vida se pueden presentar problemas diferentes.
• En los recién nacidos y durante los primeros meses de vida comprueban que el crecimiento de las uñas sea normal y que no aparezcan problemas de encarnamiento.
• En los niños el problema más habitual es el de los papilomas que se cogen en duchas o piscinas públicas y los problemas de pie cavo o plano.
• Durante la adolescencia también son frecuentes las uñas encarnadas, los papilomas y las infecciones por hongos (pie de atleta).
• En el adulto las patologías más habituales son:
• las durezas en las plantas de los pies.
• los problemas por una sudoración excesiva.
• infecciones por hongos o bacterias.
• uñas encarnadas.
• pies planos o cavos que no se han tratado con anterioridad.
• las fascitis plantares (dolores en el arco o en la zona de los talones de los pies).
• lesiones deportivas mal curadas que sobrecargan el pie en determinadas zonas y provocan dolores.
• inestabilidad de los tobillos que provocan esguinces repetidos.
• pies cansados debido a algunos tipos de trabajos o actividades.
• En los ancianos el calzado que se ha utilizado, los años de trabajo, los hábitos de vida saludables o no se reflejarán en la salud de los pies: se pierde la flexibilidad y el cuidado de los pies se vá haciendo más difícil. Las patologías más frecuentes serán:
• Las durezas, clavos y «ojos de gallo» entre los dedos debido al uso de calzado incorrecto durante la juventud.
• los juanetes, dedos en martillo, dedos en garra.
• el aumento de presión en las plantas de los pies por pies planos o cavos que no se han tratado.
Tratamientos que puede proponer un podólogo
• Generalmente los tratamientos que se proponen son conservadores, no agresivos y no duelen nada.
• Se suele utilizar un instrumental muy variado que a veces puede asustar por sus dimensiones o sus formas (a veces punzante).
• Quitar la piel dura de la planta de los pies o de los dedos no es doloroso ya que lo que se está quitando es piel muerta sin terminaciones nerviosas.
• A veces incluso puede hacer cosquillas
• El tratamiento de las uñas encarnadas puede ser molesto. En ocasiones se puede utilizar un poco de frío o anestésico en crema para poder cortar la uña clavada.
• Este tipo de tratamiento se suele realizar en una sola sesión y el alivio de los síntomas es inmediato.
• En ocasiones se debe recurrir a la cirugía : uñas encarnadas, juanetes, dedos en martillo, dedos en garra….Las molestias en el postoperatorio dependerán de cada caso y de la técnica empleada aunque en todos los casos se sale andando por su propio pie.
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