La rodilla de saltador, también conocida como tendinitis rotuliana o tendinopatía rotuliana, es una inflamación o lesión del tendón rotuliano, un tejido similar a una cuerda que une la rótula a la tibia (hueso de la espinilla). La rodilla de saltador es una lesión por sobrecarga (movimientos repetidos que causan irritación o daño en los tejidos en determinada zona del cuerpo).
Saltar, caer y cambiar de dirección de manera constante pueden provocar torceduras, desgarros y daño en el tendón rotuliano. Por lo tanto, los niños que regularmente practican deportes que implican saltar mucho todo el tiempo, como atletismo (en particular, salto en alto), baloncesto, voleibol, gimnasia, jogging y fútbol, pueden ejercer mucha presión en las rodillas.
La rodilla de saltador puede parecer una lesión menor que no es realmente grave. Por este motivo, muchos atletas siguen entrenando y compitiendo, y suelen ignorar la lesión o intentan tratarla por su cuenta. Sin embargo, es importante saber que la rodilla de saltador es una afección grave que puede empeorar con el tiempo y, a la larga, requerir cirugía. La atención y el tratamiento médicos tempranos pueden ayudar a prevenir el daño continuo en la rodilla.
Acerca de la rodilla de saltador
Cuando se extiende la rodilla, el cuádriceps tira del tendón del cuádriceps, que a su vez tira de la rótula. Luego, la rótula tira del tendón rotuliano y la tibia, y permite que la rodilla se enderece. Al flexionar la rodilla, en cambio, los músculos de la corva tiran de la tibia, y esto hace que la rodilla se flexione.
En la rodilla de saltador, el tendón rotuliano está dañado. Dado que este tendón es fundamental para enderezar la rodilla, el daño en él hace que la rótula pierda el soporte o el sostén. Esto causa dolor y debilidad en la rodilla, y dificulta el enderezamiento de la pierna.
Algunos de los síntomas frecuentes de la rodilla de saltador son los siguientes:
– Dolor directamente sobre el tendón rotuliano (o, más específicamente, debajo de la rótula)
– Rigidez en la rodilla, en particular al saltar, arrodillarse, agacharse, sentarse o subir las escaleras
– Dolor al flexionar la rodilla
– Debilidad en la pierna o la pantorrilla
Algunos de los síntomas menos frecuentes son los siguientes:
– Problemas de equilibrio
– Aumento de la temperatura, sensibilidad excesiva o hinchazón alrededor de la parte inferior de la rodilla
La rodilla de saltador primero se evalúa mediante un sistema de calificación que mide el grado de la lesión (las calificaciones van del 1 al 5; 1 significa dolor solo después de realizar una actividad intensa y 5 significa dolor constante todos los días e imposibilidad para realizar actividades deportivas).
Al examinar la rodilla, el médico o profesional médico le solicitará al paciente que corra, salte, se arrodille o se agache para determinar el nivel de dolor. Además, es posible que recomiende una radiografía o una imagen por resonancia magnética (IRM). Según el grado de la lesión, el tratamiento puede consistir solo en reposo y bolsas de hielo o incluso cirugía.
Para la rodilla de saltador leve a moderada, el tratamiento incluye:
– Interrupción de las actividades o adaptación a un régimen de entrenamiento que reduzca en gran medida los saltos o los impactos.
– Colocación de hielo en la rodilla para aliviar el dolor y la inflamación.
– Uso de una banda o sostén para rodilla (que se denomina banda infrarrotuliana o banda Chopat) para ayudar a dar sostén a la rodilla y la rótula. La banda se usa por encima del tendón rotuliano, justo debajo de la rótula. Una banda o sostén para rodilla puede ayudar a minimizar el dolor y a aliviar la presión en el tendón rotuliano.
– Elevación de la rodilla cuando el paciente sienta dolor (por ejemplo, colocando una almohada debajo de la pierna).
Medicamentos antiinflamatorios, como ibuprofeno, para minimizar el dolor y la hinchazón.
– Ejercicios de mínimo impacto para ayudar a fortalecer la rodilla.
– Programas de rehabilitación que incluyan fortalecimiento muscular, centrados en los grupos musculares que soportan el peso, como el cuádriceps y los músculos de la pantorrilla.
– Inyecciones especializadas para desensibilizar las terminaciones nerviosas y reducir la inflamación.
– En raras ocasiones, por ejemplo, cuando hay dolor persistente o el tendón rotuliano está gravemente dañado, la rodilla de saltador requiere cirugía. La cirugía incluye la extracción de la parte dañada del tendón rotuliano, la extracción del tejido inflamatorio de la zona inferior (o polo inferior) de la rótula o la realización de pequeños cortes en los costados del tendón rotuliano para aliviar la presión de la zona media.
Después de la cirugía, se debe seguir un programa de rehabilitación que incluye ejercicios de fortalecimiento y masajes por un período de varios meses a un año.
La recuperación de la rodilla de saltador puede llevar de unas semanas a varios meses. Lo ideal es no hacer deportes o actividades que puedan agravar la rodilla y empeorar las afecciones.
Sin embargo, la recuperación no implica que el paciente no pueda realizar ningún deporte ni ninguna actividad. Según el grado de la lesión, se pueden practicar deportes o actividades de bajo impacto (por ejemplo, nadar en lugar de correr). Su médico le informará qué deportes y actividades no están permitidos durante el proceso de curación.
Prevención de la rodilla de saltador
El factor más importante para la prevención de la rodilla de saltador es el estiramiento de los músculos. Un buen régimen de calentamiento que incluya el estiramiento del cuádriceps, los músculos de la corva y los de la pantorrilla puede ayudar a prevenir la rodilla de saltador. Siempre es conveniente estirar los músculos también después de los ejercicios.